Chocolate y Menta

En el país de Pantuflilandia, vivían unos  amigos algo peculiares.

            Chocolate era muy dulce, siempre estaba de buen humor y se entretenía con cualquier cosa que se cruzase en su camino, le encantaba todo lo novedoso. Todo aquello que supusiese un nuevo juego, le fascinaba.

            Menta, por el contrario, tenía un carácter más especial. Casi siempre estaba enfadada, y prefería jugar a juegos de correr, saltar, trepar… Casi nunca tenía ideas novedosas y por eso solía estar enfadada.

            Chocolate estaba muy preocupado, porque el cumpleaños de Menta se acercaba y aún no había encontrado el regalo perfecto para su amiga. Por más que pensaba, no se le ocurría nada.

            Un día, Chocolate rompió su hucha, cogió el dinero y se dispuso a la búsqueda del mejor regalo del mundo. Iba paseando por la calle, y al pasar por el escaparate de una extraña tienda… allí estaba, ¡era perfecto! Así que Chocolate compró el mejor regalo del mundo para su amiga Menta, lo envolvió con entusiasmo  y lo guardo en secreto  para el gran día.

            El día del cumpleaños llegó y Chocolate estaba tan  preocupado que incluso  de camino a la fiesta de cumpleaños, le temblaban las piernas. ¿Le gustaría a Menta su regalo?

            Después del gran pastel de cumpleaños, vinieron los regalos. Y como casi siempre, ningún regalo era de su agrado, Chocolate se dispuso tembloroso a darle el mejor regalo del mundo... Al abrirlo, Menta no dijo ni media palabra, el silencio se hizo dueño de la sala… entre el silencio se oyó tímidamente  la voz de Menta:

-          ¿Qué…es…esto?- Preguntó Menta mientras que giraba y giraba la extraña caja que guardaba el regalo en su interior. Desembaló la caja y allí estaba.  

-          ¡YA SÉ!- dijo sacando parte del regalo de la caja.

-          Es una cuerda para saltar a la comba- dijo utilizando uno de los cables que contenía el regalo de su amigo Chocolate.

Chocolate miraba asombrado el desconcierto de su amiga, no podía creer que su amiga no supiera que aquel extraño regalo era una Tableta último modelo capaz de albergar en su interior cualquier cosa que pasara por la cabeza de su loca amiga Menta. Por ese mismo motivo, había elegido este regalo como el mejor regalo del mundo para su amiga, porque aquel pequeño artilugio podía satisfacer cualquier deseo, curiosidad o interés de cualquier persona que lo tuviese a su alcance, por lo que pensó que no podría poner ninguna pega.

MENTA:

-          ¿Y esto?- se preguntaba con cara extraña  mientras sacaba la tableta de la caja.

-          ¡¡¡Ya sé!!!…es… ¡una bandeja para llevar mi merienda a la mesa o servir el té a mis muñecas!

-          O quizá… ¡un espejo para mirarme mientras me peino!

-          No ya sé, es…es…

CHOCOLATDE: -Es lo que tú quieras que sea- gritó Chocolate un poco enfadado-Menta, ¡¡es una tableta!!

MENTA: -¿De chocolate?-preguntó Menta extrañada.

MENTA: - ¿una qué?

CHOCOLATE: - una tableta es cómo un ordenador pero más pequeño y manejable.

MENTA : -¡Estás loco!, si no tiene ratón ni teclas.

CHOCOLATE- Es táctil

MENTA: (hablándole a la tableta)- Hola táctil encantada de conocerte.

CHOCOLATE- Noooo, táctil quiere decir que no necesita teclado ni ratón porque la pantalla funciona cuando la tocas.

            Aquel  extraño aparato había despertado la curiosidad de Menta.  Menta y sus amigos pasaron toda la tarde investigando con su nuevo y mejor regalo del mundo. Buscaron canciones, juegos nuevos para correr, saltar, bailar…y cuando se hizo tarde y  ya estaban un poquito cansados, se sentaron a descansar y empezaron a crear mil divertidas historias que decidieron compartir con todo el mundo pero no sabían muy bien como poder hacerlo…

CHOCOLATE: (con mucho entusiasmo)-¡podemos crear una web!

Todos los amigos: - ¿Una quéeee?

CHOCOLATE: - Es una página que podemos crear con el nuevo regalo de Menta  en la que podemos compartir nuestros cuentos con todo el mundo.

            La idea les encanto, sobre todo a Menta. Y todos los amigos se dispusieron a inventar divertidas historias para compartir en su nueva web, a la que bautizaron como Chocolate y Menta para recordar aquel fabuloso cumpleaños de Menta en el que Chocolate hizo ver a Menta una nueva forma de encontrar  y compartir  ideas con los demás.

 

            Y así fue cómo nacieron los cuentos y la web de Chocolate y Menta.