El Cerdito de las botas rojas

Una vez, muy cerca de la granja de Fermín, nació un cerdito muy especial. En cuanto sus papás vieron su cara, se dieron cuenta de que Paco, que así le llamaron, era diferente a sus tres hermanos mayores.

                Cuando sus tres hermano se iban a divertirse al barro ,Paco siempre se quedaba triste sentado junto a la charca que su papá les había ayudado a construir. Paco odiaba mancharse, no quería ensuciar sus pies de barro y por eso no iba a jugar a la charca con sus hermanos.

                Sus hermanos estaban un poco preocupados por su hermano pequeño Paco.

-¿Qué podemos hacer para ayudar a Paco?- se preguntan algo tristes.

- ¡Podemos regalarle unas botas de goma! Así no se manchara los pies y querrá venir a jugar.

                Así lo hicieron, los tres hermanos de pusieron en marcha rumbo a la zapatería que había al otro lado del río.

-¡Cuidado al cruzar!- grito Mamá Cerdita mientras les decía adiós con la mano.

Mamá Cerdita había colocado en regalo encima de la cama de Paco y cuando llegó del cole encontró un precioso regalo con una etiqueta que decía: “PARA PACO”

Paco abrió entusiasmado aquel regalo sorpresa. Cuando consiguió encontrarlo entre tanto papel, pudo ver unas preciosas botas de goma de color rojo (que era su color favorito). Se puso tan contento que enseguida se puso sus botas nuevas y se fue corriendo a la charca para dar las gracias a sus hermanos y a disfrutar del barro con ellos. Paco y sus hermanos pasaron toda la tarde jugando y divirtiéndose en el barro.

Tanto le gustaron sus preciosas  botas rojas a Paco, que no solo las llevaba para jugar en el barro, sino que Paco llevaba sus botas a todas partes, y siempre iba sonriendo porque sus pies no se ensuciaban.

Desde aquel día todo el mundo llamó a Paco “el Cerdito de las botas rojas”. 

 

López Moreno, Sara